Pondera Muhsin Al-Ramli lazos de amistad y cultura entre Irak y México
Por Norberto Gutiérrez
México.-
“Si alguien está herido, enfermo o dolorido, y otra persona le escucha y le
dice ‘te entiendo’, se siente aliviado y más fuerte. Por eso, cuando ganamos un
lector en México y más gente se entera de lo que es, cómo es y qué pasa con el
pueblo iraquí, es un alivio para nosotros”, consideró el escritor Muhsin
Al-Ramli.
El autor
de la novela “Los jardines del presidente” externó que le bastó
un par de visitas para amar a México, en 2011 y en 2014.
“En el
mundo árabe hay mucho cariño para este país y se conoce a mucho de su
literatura, por eso esperamos que mi nueva novela sea el inicio para que haya
más lectores árabes para México y mexicanos para autores árabes”.
Aseveró
que las ciudades de América Latina y las del mundo árabe han sido metidas en el
mismo saco, el del Tercer Mundo, pues en ambos casos han sufrido lo mismo:
dictaduras, ocupaciones, engaños y sufrimiento; de ahí que entre ambas partes
hay lazos de sangre. “En América Latina hay una tercera generación de
inmigrantes árabes”.
En cambio,
subrayó Muhsin Al-Ramli, quien desde años reside en España, donde se estableció
tras ser convertido involuntariamente en inmigrante, la relación de sangre que
ancestralmente han mantenido los pueblos árabes con los franceses, ingleses y
americanos, ha sido totalmente al revés: de sangre de dolor, de destrucción y
de muerte.
Sin
embargo, advirtió, hay algo más duro que la muerte: el olvido. Y en ese marco
la literatura tiene un papel fundamental al recoger la historia del mundo.
“México ha
sido ejemplo y fiador de civilizaciones y de la cultura en torno a los muertos,
los celebra, los recuerda y no los olvida; en las ciudades de El Cairo y
México, conviven vivos y muertos”.
Muhsin
Al-Ramli es un novelista y dramaturgo iraquí, además de traductor de autores
españoles al árabe. Vive en España desde 1995, año en que fue empujado al
exilio por el régimen de Sadam Husein.
Es hermano
del también escritor Hassan Mutlak, quien fue ahorcado por el régimen en 1990
tras haber participado en un intento de golpe de Estado.
Fundador
de la revista cultural Alwah en 1997, de la que es coeditor, actualmente es
profesor en la Universidad de San Luis, Madrid. Su novela “Los jardines del presidente”
estuvo en 2013 entre las finalistas del premio IPAF, y con ella ganó el English
Pen Award. La obra se ubica en el tercer día del Ramadán en 2006, dejó ver este
día.
Todo
transcurre en un país sin platanares. Los habitantes del pueblo se despertaron
con la llegada de nueve cajas para transportar plátanos. En las cajas se
encuentra la cabeza de Ibrahim, un hombre al que todo el mundo apreciaba por su
bondad y discreción y por su particular filosofía de saber afrontar las
tragedias aceptando su destino sin queja.
Había
nacido y se había criado en un remoto pueblo del norte de Irak, junto a sus
eternos amigos de la infancia: Tarek, de vida acomodada, y al que siempre
sonrió la vida; y Abdulai, huérfano y depresivo, a quien llaman “Kafka” por su
manera de pensar y por haber devorado las obras de aquel autor. A los tres
les llamaban “Hijos de la grieta de la tierra”.
Juntos,
los tres habían vivido alegrías, esperanzas, amores y también guerras y las
arbitrariedades del poder. Las buenas relaciones de Tarek permitieron a Ibrahim
lograr un empleo en Bagdad, en los jardines del presidente.
¿Qué
provocó su muerte? ¿Qué le llevó a morir de tal manera? Los exóticos jardines
del presidente, dijo el autor, “esconden la respuesta tras sus verjas”.
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*Publicado
en (INFORMATE), 18/12/2018
*Y
en (CANAL7),
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