lunes, 4 de abril de 2011

entrevista con Muhsin Al-Ramli / por: Manuel Romero

LA VOZ LIBRE / Cultura

Muhsin Al-Ramli :


'Las ansias de libertad ha sido la chispa en el mundo árabe'



ESCRITOR IRAQUÍ EXILIADO EN ESPAÑA, CUYO HERMANO FUE AHORCADO POR EL RÉGIMEN DE SADAM HUSSEIN


Manuel Romero

domingo, 03 de abril de 2011 Madrid

Muhsin Al-Ramli vive entre dos orillas: su origen, su sangre y sus recuerdos de Irak, frente a su presente, su actividad y su hija enraizados en España. Nació en 1967 y pronto descubrió que pensar y escribir en libertad tenía sus riesgos.

En la primera guerra del golfo (1990-91), tras la invasión de Kuwait por parte de las fuerzas iraquíes, Muhsin Al-Ramli fue movilizado en el Kurdistán, donde evitó que algunos tanques apuntaran a los civiles. No tenía motivos para simpatizar con Sadam Hussein. Su hermano, el novelista Hassan Mutlak, participó en uno de los muchos intentos de golpe de estado contra el dictador. En enero 1990 había sido descubierto y torturado hasta que fue asesinado el 18 de julio de 1990. Por ser civil, le ahorcaron, mientras que a sus compañeros militares les fusilaron, “e hicieron pagar a sus familias el precio de las balas a cambio de entregarles los cadáveres”, cuenta Muhsin. Después vino la guerra.

Muhsin Al-Ramli se encuentra exiliado en España desde 1995. Poeta, novelista, periodista, dramaturgo y traductor, Muhsin Al-Ramli es un virtuoso de la pluma. Se licenció en 1989 en Filología Española por la Universidad de Bagdad y se doctoró en 2003 en Filosofía y Letras y Filología Española, por la Universidad Autónoma de Madrid, donde actualmente da clases. Su tesis versó sobre las huellas de la cultura islámica en El Quijote. Con su novela ‘Migajas esparcidas’ logró en 2002 el premio a la mejor obra árabe traducida en los Estados Unidos.

Algunas de sus obras son ‘Regalo del siglo que viene’ (Amman, 1995), ‘En busca de un corazón vivo’ (Madrid, 1997), ‘Hojas lejanas del Tigris’ (Amman, 1998), la ya mencionada ‘Migajas esparcidas’ (El Cairo, 1999), ‘Las felices noches del bombardeo’ (El Cairo, 2003), ‘Todos somos viudos de las respuestas’ (Madrid, 2003) y 'Dedos de Dátiles' (Madrid, 2008), donde precisamente contrapone sus dos mundos.

Ha traducido al árabe algunas obras de Miguel de Cervantes, Lópe de Vega y José de Espronceda, entre otros. Recibió el Premio de los Escritores Jóvenes, Bagdad, 1988, por su relato ‘El último encuentro con un amigo’ y el mismo premio, en 1989, por su relato ‘Un accidente de copia’.

Ha trabajado como periodista en Irak, Jordania y España y, desde 1992, es miembro de la Asociación de traductores iraquíes. Ha ofrecido conferencias sobre literatura iraquí, árabe, el arte de la traducción y El Quijote. Es fundador, editor y codirector de la revista cultural ALWAH desde 1997, la única revista cultural árabe en España. Algunos de sus textos han sido traducidos al inglés, español, alemán, catalán y kurdo. Sólo tiene un vicio conocido: el tabaco.



* ¿Qué le da la literatura?

-. Me da lo que quiero encontrar, lo que es existencial. Me ayuda a conocerme a mi mismo. La escritura es mi vida, no me imagino existir sin ella.

* ¿Escribir es muy peligroso?

-. Sí, y lleva a la muerte. Si no dijera nada no correría ningún peligro, pero lo peligroso es decir lo que piensas.

*Después de las revueltas, revoluciones y cambios que están sucediendo en los países árabes y magrebies, ¿cree que va a ser menos peligroso escribir en esos países?

-. Sí, y además desde hace poco años gracias a la tecnología es ya menos peligroso. La gente utiliza nombres falsos y escribe lo que quiere. Y el 50 por ciento de estas revoluciones es gracias a las nuevas tecnologías y a las redes sociales.

* ¿Cuánto tiempo le dedica usted a esas nuevas tecnologías?

-. Utilizo mucho Internet, es mi conexión con el mundo. Además, he sido parte de esa revolución de las redes sociales que ha fomentado las revoluciones en el mundo árabe.

* ¿Cuánto tiene usted de español y cuánto de árabe?

.- Podría decir que un 60 por cinento de árabe y un 40 por ciento de español.

*¿Tiene contradicciones en esa dualidad entre el mundo moderno occidental y las tradiciones árabes?

-. Al principio, como cualquier inmigrante era muy difícil adaptarme es la vida española. Era como si fueran dos personas. Me comportaba de forma distinta en función de si estaba con españoles o con árabes, pero con el tiempo se aprende a gestionarlo y descubres que es lo mejor de cada mundo formando tu identidad personal.

* ¿Cuáles han sido sus experiencias más duras?

-. He llegado a pasar hambre. Pero también no poder regresar a tu país, las dificultades con la lengua y con encontrar trabajo… Los primeros años fueron muy duros.

*En la última guerra de Irak ya estaba usted aquí…

-. Sí, e hice mi guerra contra la guerra, desde la poesía, la literatura, las manifestaciones.

*¿Por qué estaba en contra de esa guerra?

-. Yo estoy en contra de la violencia y de cualquier guerra. No lo justifico nunca. Pero en este caso concreto, además, había un montón de soluciones que no se dieron porque los aliados no quisieron. Ellos querían la guerra y con el tiempo, viendo el resultado, se ha demostrado que ha sido una chapuza y un desastre. No había un plan, no importaba el antes, ni el después, ni el cómo, ni el por qué.

*¿Y cómo ve las operaciones que se están llevando a cabo ahora en Libia?

-. Veo bien que se intervenga en Libia, pero llegan tarde. Tampoco estoy conforme con la forma en que se está llevando a cabo los ataques. Porque ¿qué enemigo hay? Solamente uno [Gadafi]. Entonces, ¿por qué no ir sólo a por él?

*¿Qué significan para el mundo árabe y para el mundo musulmán estos cambios de régimen, que además no vienen dados por un componente religioso, sino por un componente muy civil, muy de la sociedad con formación intelectual?

-. En estas revoluciones ocurre lo mismo que en la Naturaleza. Si hay un terremoto en algún sitio, no es sólo porque el problema esté en ese sitio, sino en el conjunto. Si un país tiene problemas de contaminación, no es sólo culpa de ese país, sino también del resto. En el mundo árabe ocurre lo mismo: estas revoluciones no se dan porque haya problemas locales, sino porque existen problemas internacionales. Las circunstancias han hecho que las revoluciones se hayan dado en este punto del planeta.

* ¿Cuáles son esas circunstancias que han hecho saltar la chispa de la revolución?

-. Primero, las ansias de libertad ha sido la chispa en el mundo árabe. También hay un agotamiento de sistema, de filosofía y de creación. Ha llegado el momento del cambio en todo el mundo. Ha explotado en el mundo árabe, pero va a llegar a todos los países.

* Pero los sistemas occidentales ya disponen de mecanismos de libertad…

-. Eso de momento, pero también puede llegar al agotamiento. Por ejemplo, ¿por qué en Occidente sólo hay dos partidos que aspiran al poder en casi todos los países?

Con la economía ocurre lo mismo. Hay síntomas de agotamiento.

*¿Crees que estas revoluciones van a tener un final feliz o todas esas frustraciones pueden llevar a un retroceso otra vez?

-. Creo que no hay marcha atrás y el paso adelante, aunque no sabemos a dónde nos llevará, es un paso al cambio. La situación era ya insoportable.

* ¿Cuáles son las sensaciones que tienen ustedes en estos momentos?

-. Es una sensación de alegría inmensa. Es ver que estábamos como dormidos y hemos despertado. Hay una energía nueva, hay esperanza, hay confianza en nosotros mismos. Estamos muy contentos.

* ¿Hay posibilidades de que haya personas que utilicen estas revoluciones para fines poco claros?

-. La parte positiva es que se trata de una revolución de pueblos, no de líderes. A partir de ahora nadie podrá idolatrar a una persona, ya no habrá un dictador que pueda imponer su propio criterio.

* Para el mundo creativo, ¿estos son también nuevos aires que pueden provocar la proliferación de nuevas obras?

-. La revolución en el mundo árabe había llegado antes a ese mundo creativo. Por ejemplo, hay ya muchas mujeres que pueden escribir libremente y que pueden dar la cara. Parte de la semilla ya estaba reflejada en las nuevas generaciones de la literatura. Hemos vivido un ‘tsunami’ de la escritura y de las artes en general.

* Dentro del mundo árabe y magrebí, ¿existe preocupación por los derechos civiles, por ejemplo por los derechos de la mujer?

-. Claro que sí. En toda la historia lo que se ve en la superficie es que los hombre hacen los hechos históricos, son los que cambian el mundo, pero, si te fijas, siempre hay una mujer que mueve todo. Muchas veces sólo por satisfacer a una mujer haces un cambio en tu vida. Las mujeres están siempre presentes.

*¿Y no va a haber vértigo de unos cambios demasiado radicales?

-. Occidente no tiene que esperar del mundo árabe, de India o de China que actúen según su propia óptica. Si ya tenemos democracia y libertad, no hay que tener miedo a las tradiciones del mundo islámico. Es el momento de quitarse las máscaras y de decir las cosas como son. Ya no sirven las palabras y el maquillaje. Los pueblos no son tontos, no se puede ya hacer cosas ocultas. Parte de esta presión del mundo árabe es de Occidente y su doble moral. Hablan de derechos humanos mientras protegen a dictadores. Si Francia y Estados Unidos deciden intervenir en Libia, tienen, tiene que decir claramente que es para matar a Gadafi. La gente ya no es tonta y hay que hablar claramente, sin maquillaje. Ese lenguaje de antes ya no sirve porque cada persona es periodista, es cronista. Las redes sociales son clave.

* En enero estuvo usted en Irak. ¿Qué diferencias observa entre la ciudad que dejó y la que ha encontrado ahora?

-. A nivel físico está muy mal. Todos los recuerdos están borrados, hay huellas de balas y de batallas en cada rincón, hay ruinas, hay contaminación. A nivel de entendimiento sí que he notado que comienzan a aceptar lo diferente.


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*Publicada en el diario (LA VOZ LIBRE), en domingo, 03 de abril de 2011 Madrid.


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