viernes, 31 de octubre de 2008

Lectura/1998



Muhsin Al-Ramli
nos descubre la literatura iraquí contemporánea

Elena Moratalla



Hace pocos días se celebró en el salón de actos de la cultura Telefónica de Madrid, un encuentro con la poesía iraquí contemporánea. Para ello contamos con la presencia de Muhsin Al-Ramli, escritor y poeta iraquí, presentado por la componente del Grupo TINTAVIVA, que firma este articulo.
Cuando conocí a Muhsin Al-Ramli, su lenguaje sin palabras me dijo mucho de él. Intuí, por su mirada, que su corazón, cual albergue de emociones, sentía intensamente lo vivido. Pero aún desconocía su capacidad de dibujarlas en palabras. Al recorrer los caminos de su obra, se confirmó mi primera intuición, y además quedé gratamente impresionada con la alta calidad literaria de su pluma.
Muhsin, que nació en Sudaira, al norte de Irak, a las orillas del Rio Tigris, nos ofreció esa tarde a todos, desde ese lugar que fue la cuna de nuestra civilización, una visión de la poesía que ahora se está elaborando por los escritores nacidos en su país, que no todos, por desgracia, pueden habitarlo.
Como Muhsin en su discurso nos habló de la Poesía Iraquí, yo, en mi presentación quise hablar de él, de su andadura literaria y de la profundidad de su obra.
Escritor de numerosos relatos: “Regalo del siglo que vine”, “Hojas lejos de Tigris”, (publicados en Amman), también cultiva el género teatral en su obra “En busca de un corazón vivo”, que fue muy bien recibido por el publico de varios países árabes. Recientemente ha escrito un guión de cine. Su obra, en general, ha sido traducida además de al castellano, al inglés, Kurdo, persa y alemán.
Ha colaborado en revistas literarias en El Cairo, Londres, Amman, además de ser el conferenciante en diversas asociaciones y foros culturales sobre la literatura árabe, como lo fue entre nosotros ese día. Desde que reside en Madrid, se a dedicado a la creación de una revista y editorial, llamada ALWAH, que, junto con el escritor Abdul Hadi Sadoun, reúne obra de escritores árabes y españoles, con una difusión nacional. Actualmente está doctorándose en la Universidad Autónoma en la tesis sobre Cervantes.
Como se puede comprobar, por este pequeño resumen de su labor en el campo literario, Muhsin desempeña una función de fusión de su cultura con la nuestra. Desde que conoció Madrid, supo captar su espíritu, integrándose activamente en él, mediante sus colaboraciones literarias. Muhsin nos construye un puente cultural entre Bagdad y Madrid, descubriéndonos poéticamente su país. Su aportación es de un gran valor, sobre todo porque nos permite acercarnos a una literatura con un alto grado de creatividad y originalidad, que para muchos es casi desconocida. Pudimos tener la gran suerte de disfrutarla.
En cuanto a su obra, Muhsin profundiza en sus relatos, en la realidad cotidiana del ser humano. Sus temas son próximos a nosotros: el amor, la amistad, la religión, la guerra, la mujer, la libertad, pero tratados con auténtica humanidad. Hace una literatura comprometida con su tiempo. Por ejemplo, al tratar la figura de la mujer, insiste sobre la necesidad de que la literatura sea accesible también a ella.
En su relato “La vendedora de peines”, nos descubre cual es su ideal mujer y entre otros rasgos nos dice: “… una mujer con los ojos negros…. Que le guste caminar y sepa lo que significa un libro”. Insiste mucho en esto último, a pesar de que un amigo le advierta que eso casi imposible.
Usando una técnica depurada que se podría encuadrar en un surrealismo irónico, el escritor Muhsin, nos deleita con el sabor de una prosa cargada de sorpresas y escrita con el corazón de un autor que siente, que sufre, pero que también alienta con soplos de esperanza, aun en las situaciones más dramáticas. Comienza Muhsin su relato “El yogur de Arbil” así:
“Perdono las balas que lanzaron contra mi las ventanas de tu castillo o sus ojos hundidos en las nubes/la historia/las penas/ la belleza. Y pido perdón por las huellas de las orugas de mi tanque/su tanque en sus calles y los alrededores de tu jardín (Shirin). Se me perdonará: desobedecí las órdenes y no llegué a disparar contra ti una sola bala… si pensara en hacerlo no me responderían los dedos, porque tú eres Arbil, su ciudad y ella (Shirin)…
Muhsin, igual que fue capaz de sobrevivir la guerra (por dos veces), es también capaz de introducirnos en su mundo de sensaciones al recordarla, no limitándose sólo a la crónica del drama, sino desplegando un tono vitalista y esperanzador, siempre a la búsqueda de soluciones, que calmen el espíritu humano. Nos demuestra así la madurez de un escritor que da como resultado una literatura de alta calidad.
Muhsin es un exiliado universal, parte de su experiencia personal y la universaliza, dirigiéndose a una generación que está aún por venir. En el relato que da titulo a su libro “Un regalo para el siglo que viene”, el escritor describe una situación determinada en un momento determinado, siendo así un cronista de nuestra historia para el próximo siglo, acompañándolo siempre de una delicadeza exquisita. En este relato destaca de nuevo la figura femenina, esta vez la de su anciana madre. Exalta su capacidad de amor que no puede ocultar porque es más grande que ella misma. El desea agradecerle ese amor con algún regalo a la vuelta del campamento. Pero en el almacén que está vigilando sólo encuentra una máscara antigás. De nuevo nos sitúa ante un pellizco de realidad social que maneja con sabia sensibilidad.
Como Tagore definió, “la poesía es el eco de la melodía del universo en el corazón de los humanos”, esa luminosa tarde, después de que Muhsin nos acercó a la poesía de Irak, su pueblo, la escuchamos como un eco, acompañada con la melodía, en ese caso real, del laúd en las manos del poeta también Khalid Kaki. Y para favorecer el entendimiento entre nuestras culturas, nos fue imprescindible la palabra de nuestro traductor Antar Ahmed.
El público, que llenó el salón de actos, todo hay que decirlo, se expresó en calurosos aplausos y participó en el pequeño, pero substancioso debate. Muhsin, junto con sus amigos, además de deleitarnos con su presencia y su palabra, nos ofreció también un té de su tierra, que acompañado de unos exquisitos dulces, los asistentes saboreamos en entrañable clima. La poesía, la música, el aroma del té, el sabor de sus postres, las sonrisas, la palabra… acercaron como un milagro dos culturas que, ciertamente, tienen tanto en común. De esa unión, el grupo Literario TINTAVIVA, y todos sus simpatizantes, todavía veremos muchos frutos: nos espera un otoño de proyectos.
---------------------------------------------------------------------------------
*Publicado en la revista (AMANECER), Nº53/17-23 de julio de 1998 Madrid.

http://poekas.blogspot.com/

domingo, 19 de octubre de 2008

em português/بالبرتغالية

Muhsin Al- Ramli


Tradução: Fátima Pacheco



Muhsin Al-Ramli, Nascido no Iraque em 1967. Ele mora na Espanha desde 1995. Tem Doutorado em filosofia, filologia espanhol pela Universidade Autônoma de Madrid 2003, o tema de sua tese: Os traços da cultura islâmica em Don Quixote. É Tradutor espanhol de vários clássicos para o árabe. Das suas obras publicadas: Presente do próximo século (notícias) 1995. Em busca de um Coração Vivo (Teatro) 1997. Deixa distante do Tigre (notícias) 1998. Espalhando migalhas (Romance) 1999 Prêmio Arkansas (EUA) 2002 até a versão em Inglês: (Espalhando Migalhas). As felizes noites do bombardeio (de Narração) 2003. Somos todos viúvos das Respostas (Poesia) 2005. Dedos de dátiles -Título Original (Novela) 2008. Co-editor da revista cultural ALWAH. Atualmente é professor da Universidade Saint Louis, Madri.
Apesar das atribulações vividas pelo povo Iraquiano, Muhsin Al-Ramli encontrou na poesia a sua forma de protesto. Com versos que demonstram a sensibilidade da alma humana, ele transita pelo mundo ocidental levando a cultura árabe, através dos idiomas Espanhol e Inglês. Irei traduzindo futuramente, alguns de seus poemas para o português. A beleza esta em todo lugar, principalmente nas palavras de Muhsin Al-Ramli.
*****************************************************

Não Libertem o Iraque de mim
Esta tinta derramado em sua imprensa
É o sangue do meu país.
Esta inundação de luz nas telas
É o brilho nos olhos das crianças de Basorá.
Esse que esta soluçando nas trevas do seu exílio
Sou eu;
Órfão depois de terem matado os meus pais: Tigre e Eufrates;
Viúvo depois de terem crucificado a companheira de minha alma: Iraque
Ah ... por ti, minha terra: crucificada entre as regiões.
Ai ... de vocês, senhores da guerra
Me escutem:
Não para a festa dos exércitos no telhado da minha casa.
Não ao carrasco que tenham plantado ou que irão plantar.
Não a sua liberdade de bombardear sobre as cabeças da minha gente
Não Libertem o Iraque de mim e nem eu dele.
Eu sou o Iraque.
Minha ervas são as letras e sei o que quero.
Deixe-me eu, a minha Rabeca e sua ausência.
Voltem para os seus filmes por trás do oceano.
Permitam-me que o que resta
dos minaretes, os mausoléus dos meus antepassados,
os túmulos da minha família ...
E bebam copos de petróleo até que vocês fiquem saciados.
Roubando o mel de enxofre e areia do deserto.
Leve seus clientes, com vocês.
Levem ao ditador com todas as partes de vocês que tenham comprado com o meu sangue.
Levem o que quiserem e marchem,
deixa-me só
abatido com os sonhos da minha irmã,
com a queima das palmeiras, nas margens da Mesopotâmia,
com os ossos do meu pai
Com o Chá e lanche.
Deixe-me só
com as canções tristes do Sul,
com a dança decepada do norte
e com o pavão real de Yasidíes.
Deixe-me só
Curando as feridas da minha terra Iraque
Apenas ...
Como Maria ...
Só com a minha solidão ...
Oh meu país: o crucificado entre as regiões.
Know how para animar a sua ressurreição.
Vocês saberão como se renasce de suas cinzas.
Vocês se esqueceram que ele é o criador da Phoenix?
Oh, inferno, para vocês chefes militares
Escutem-me:
Não assustem as nuvem em Bagdá com suas aeronaves.
Não semeiem soldados em nosso jardim.
Não tirem o cafetã de minha mãe.
Não. Não grite para libertar o Iraque de mim ou eu dele.
Eu sou o Iraque.
As aldeias têm florescido de meu abrigo, e sei o que quero.
Deixa-me eu, a minha família e o seu esquecimento.


**********************************

Eu e os outros
Eu tenho um jasmim
E o macaco, uma camisa de seda
Tenho um copo de água para mim
E para a América, barris de petróleo
Eu tenho uma mãe
e um vizinho com jasmim na sua janela
E para você, bancos, torres e invejosos
Eu tenho asma e um cigarro
E vocês cobram impostos para o meu ar.

**********************************

Aniversário
O meu país é um bolo
E os mísseis são as velas
Os celebrantes são muitos
E o meu sangue é servido em copos
A casa é minha
E a minha família assassinada
Mas será que esta é a festa de aniversário de quem,
Caso você já tenha me matado
antes do meu nascimento?

**************************************

ESTÁTUAS
As estátuas estão no meio de fontes
E nós, no meio das cidades
no meio do mundo
Bem, se as estátuas são os nossos brinquedos
Brinquedos de quem somos nós?
E o que jogariam as estátuas
na nossa ausência?
E que fariam se nós andássemos
após desligar os jatos das fontes?

***********************************

Após a chuva
Após a Chuva:
Sóis nas nuvens e córregos,
amêndoa doce e avelã,
dedos melados e pão quente.
Após a Chuva:
Minha mãe, meus irmãos
E a nossa casa de barro,
nossas pombas brancas.
Após a Chuva:
Arcos coloridos de paz,
sem braços, sem um presidente.
Após a chuva,
... depois da chuva.

*******************************

A única mulher
Sou incapaz de confiscar seu relaxamento
Seus seios giram
para o outro lado.
Você é minha cúmplice em criticar este mundo e
você é feroz,
por isso eu tenho medo de te amar.
Não vou procurar o seu amor
apesar de que o meu amor te busca
e vou perguntar até o dia da minha morte:
Quem é você?
Estou com medo do seu amor,
Não vou procurar o seu amor
apesar de que o meu amor te busca,
mesmo que você seja aquela que eu amo.

*****************************************

A tristeza


É uma árvore espinhosa


que cresce no coração.


Cresce,


...cresce


e cresce,


até que ela caisua única fruta;


um cadáver apodrecendo


... isso é você.


con Paulo Coelho

sábado, 4 de octubre de 2008

Entrevista


Muhsin Al-Ramli:
entre tradición y modernidad


La editorial El Tercer Nombre publica Dedos de dátiles
http://www.eltercernombre.com/libros/64/

la última novela de este novelista y poeta iraquí
ENTREVISTADOR: Rubén Sáez / César González Álvaro
MADRID, 15 DE MAYO DE 2008
ÁMBITO CULTURAL www.ambitocultural.es
Espacio de cultura de El Corte inglés

“La novela como género es algo relativamente nuevo. La ficción, su simbolismo, es el medio por el que podemos acercarnos a los tres tabúes fundamentales de las sociedades árabes: la religión, la política y el sexo. Ahora que los intelectuales árabes han salido al exterior, a Occidente, nuestra libertad es mayor”

“Nuestra memoria, la memoria de los iraquíes es muy larga, muy pesada. Ocurre en todo el Islam. Es también una memoria llena de lagunas, impuestas por siglos de sometimiento y ocupación. Es una memoria vieja y sus valores son todavía tradicionales.”

Conocedor profundo de la cultura española, Muhsin Al-Ramli reconcilia dos polos en principio antagónicos: la tradición y la modernidad. En sus gestos, en su voz, en cada una de las páginas que integran Dedos de dátiles, escrita al mismo tiempo en castellano y árabe, este novelista, poeta y traductor iraquí trata de buscar un equilibrio entre culturas y de mostrarnos a un país como Iraq más allá de la cruda realidad de la guerra.
Ámbito Cultural: Dedos de dátiles es una novela cuya temática y personajes se mueven entre dos puntos antagónicos: la tradición y la modernidad. En nuestro mundo actual, donde existe tanto fanatismo de un lado y del otro, ¿es posible el equilibrio? ¿Dónde se encuentra?
Muhsin Al-Ramli: En la novela, el equilibrio está, precisamente, en el contacto entre las dos culturas. El narrador, Salim, intenta conseguir ese equilibrio entre tradición y modernidad y es este el proceso que narra la novela a través de la contraposición del contacto del protagonista con la cultura española y su formación tradicional.

AC: Hay otros dos personajes principales en la novela, el abuelo y Noé, el padre de Selim. Por supuesto, el abuelo encarna a la tradición más fervorosa, pero Noé es un personaje de mayor complejidad. Si Selim es el punto de encuentro entre Oriente y Occidente, ¿representaría Noé las contradicciones que puede conllevar ese encuentro?
M: Noé representa a una generación casi sintomática. Nuestros padres estaban divididos entre dos opciones que aparecían como antagónicas. La modernidad propiamente dicha llegó a los países árabes en los años 60, con la independencia, y eso hizo que la gente eligiese seguir un camino u otro. La mayoría, sin embargo, seguimos buscando, intentando decidir qué escogemos de cada lado y es ahí donde se encuentra el personaje de Selim. Toda la novela es un reflejo de mis experiencias, de mi búsqueda personal de ese equilibrio que antes mencionábamos. Mi padre es imán y jeque de tribu y hay mucho de él en el personaje del abuelo. Representa la seguridad en sus valores, aunque confunde profundamente lo religioso con la tradición.
AC: Este supuesto enfrentamiento o antagonismo es quizá, el centro de la literatura árabe. Pienso, por ejemplo, en la obra de Naguib Mahfuz o de su contemporáneo iraní Saeid Hooshangi y en la hasta hace poco omnipresente presencia de los llamados estudios post-coloniales que analizan la literatura desde parámetros, digamos, políticos. Sin embargo, en su obra, como en la de los autores mencionados, esta preocupación se pliega, por así decirlo, a la ficción, al valioso empeño de crear una obra literaria compleja que incluye, quizá, estas consideraciones, pero no las considera suficientes. ¿Qué opina de esta lectura?
M: La novela como género es algo relativamente nuevo. La ficción, su simbolismo, es el medio por el que podemos acercarnos a los tres tabúes fundamentales de las sociedades árabes: la religión, la política y el sexo. Ahora que los intelectuales árabes han salido al exterior, a Occidente, nuestra libertad es mayor. Es cierto que casi nadie se escapa de lo político. Se podría decir, incluso, que toda la literatura árabe moderna tiene algo de política, porque todos nuestros problemas, nuestro sufrimiento, todo nuestro caos cotidiano es, precisamente, político y su origen está en décadas y décadas de dictadura, de injusticia, de falta de libertad… Mi sueño es escribir una novela que no hable de política o de dictaduras.
AC: Aparte de esta confrontación Oriente-Occidente, Dedos de dátiles describe otro antagonismo, el representado por el enfrentamiento entre el pueblo y el Estado, un Estado siempre lejano, ajeno, que recuerda un poco a la laberíntica organización que oprime y controla a K. en El Proceso.
M: La dictadura es el tema esencial de la literatura árabe. Esto puede sorprender, porque, sin ir más lejos, mientras que en Latinoamérica se han escrito más de 3.500 novelas que tratan de la dictadura, en todo el mundo árabe apenas hay un par de centenares. En realidad depende de si estás dentro o estás fuera de tu país. Yo hablo de dos Irak distintos, el del poder, el de la represión cainita e institucionalizada y el otro Irak, el del pueblo.
AC: Algo que nos ha llamado la atención es el tratamiento tangencial de la guerra en Irak, como si quisiera enfrentarse al estereotipo a la hora de tratar un tema como éste. Nos olvidamos con frecuencia que estamos hablando de la cuna de la escritura, de la patria del Gilgamesh. Parece que siempre que se hable de Irak la guerra tenga que estar en primer plano.
M: Estuve tres años en el ejército de Irak y combatí durante la primera guerra del Golfo. Era jefe de tanque. Estuve prisionero durante un mes y sé de lo que hablo. He pasado hambre, he visto la muerte de mis amigos. Todo eso está presente en la novela aunque no quise exponerlo directamente. El proceso de escritura de la novela ha sido como una especie de terapia.
AC: La venganza, el honor perdido y el amor pasado son otros de los temas capitales de la novela. ¿Es Dedos de dátiles una novela de la memoria?
M:Yo hablaría de la memoria continua. Nuestra memoria, la memoria de los iraquíes es muy larga, muy pesada. Ocurre en todo el Islam. Es también una memoria llena de lagunas, impuestas por siglos de sometimiento y ocupación. Es una memoria vieja y sus valores son todavía tradicionales.
AC: Tres mujeres se cruzan en la vida de Selim: Alia, Pilar y Fátima, las tres con atributos bien diferenciados. ¿Representan cada una tres posibles etapas del amor: Alia (amor cortés), Pilar (despertar sexual) y Fátima (madurez)?
M: El amor está unido al sufrimiento, al sentimiento de lo trágico. Alia forma parte de mi historia y está inspirada en una novia que tuve y a la que asesinaron quemándola. En la novela, inconscientemente, el personaje de Alia muere en el agua. Representa, claro, el amor platónico, mientras que Pilar es el descubrimiento del cuerpo, de lo físico, y representa el contacto con el pecado. Fátima, por su parte, sería el equilibrio. Selim encuentra en ella la búsqueda que él está llevando a cabo, la armonía que puede existir entre tradición y modernidad. En Selim, es inevitable, permanecen algunos valores o, si queréis, algunos principios de su vida anterior. Todos los inmigrantes experimentan esto y, a mi juicio, refleja la dificultad de separarse del grupo, de la tribu que te protege pero que a la vez te impide avanzar. Esos dos hombres viven también en mí.
AC: Nos ha confesado que hay mucho de autobiográfico en su novela. ¿Hasta qué punto?
M: Mi experiencia con Dedos de dátiles es de autoreflexión. Dedos de dátiles es la reflexión de mi ser. La decisión de escribirla en castellano refleja, asimismo, mis propios antagonismos, el esfuerzo de conjunción entre mi herencia tradicional y el mundo moderno donde habito desde hace trece años. Además, responde a una necesidad de comunicar. Al visitar las librerías españolas uno encuentra libros sobre Irak, pero no hay literatura escrita por iraquíes. La historia, la política, no son suficientes para conocer nuestro drama, para saber qué ocurre o qué hay realmente en juego.
AC: A propósito de la anécdota que cuenta Rafael Reig en su blog y que usted incluye en la novela, cuando en una discusión de vecinos, una señora le espetó: “Estamos en España y no en tu tierra: ¡aquí existen leyes!”. Se trata de una anécdota muy significativa, pues refleja la dificultad de entendimiento entre culturas, la ignorancia de las vías de comunicación existentes entre unas y otras. ¿Dónde se encuentra España? ¿Realmente es tan grande nuestro desconocimiento?
M: Me encanta España, tanto que llevo aquí 13 años. Considero que es el país más acogedor para cualquier inmigrante, mucho más abierto que Francia o Alemania, el único lugar donde encontrar ese equilibrio del que hablábamos. Lamentablemente, como ocurre en todas partes, el desconocimiento es grande y todo se simplifica y se mete en el mismo saco. A pesar de los libros, de las noticias, de las manifestaciones… Irak solo existe como un territorio de guerra. Sí me gustaría decir, en todo caso, que no defiendo una cultura frente a la otra: no soy un soldado. Mi deber como escritor es explicar la complejidad, criticar el entorno en el que habito y ese es, felizmente, España, al que también considero mi país. Y creo que debería aprovechar su maravilloso potencial para ser puente entre culturas.
AC: Una última pregunta que suponemos estará harto de responder, pero que no podemos dejar de preguntarle: ¿qué piensa de la actual situación de su país y qué cree que le deparará el futuro más próximo?
M: Hay todavía más caos que antes. Un tema muy preocupante es la persecución de intelectuales y profesores, con más de 300 asesinatos. No quieren a nadie con capacidad de crítica, sólo al pueblo para manejarlo a su antojo. En Irak, las noticias son cada día peores. Mi propia familia me dice: “Te queremos, pero no vuelvas”. Prefieren que me quede en España.

Reseña




Cultura ABC 6-4-2008


Dedos de Dátiles



M. FRANCISCO REINA



Con el sugerente título «Dedos de Dátiles», editado por la editorial de Enrique de Polanco, «El Tercer Nombre», Muhsin Al-Ramli, uno de lo más importantes novelistas, poeta y dramaturgo de Irak, doctorado en Filosofía y Letras y Filología española por la Universidad de Bagdad y la Autónoma de Madrid y traductor al árabe de los clásicos castellanos, se da a conocer en el terreno de la novela en nuestro panorama patrio, y lo hace por la puerta grande. Un libro colmado de sugestiones y sinestesias, de apelaciones a los sentido y a la emoción pero, sobretodo, a las razones que confrontan a oriente y occidente. Preocupación esta común a los grandes nombres de las letras árabes contemporáneas de las que Muhsin forma parte importante aunque aún no sea demasiado conocido en nuestros lares, como otros autores de su fuste como Naguib Mahfuz o su contemporáneo iraní Saeid Hooshangi, que salpican las páginas de quienes creen posible la modernización y evolución de la sociedad teocéntrica musulmana a un modelo democrático que ponga en valor su cultura, pero que separe poderes, pasando, necesariamente, por la laicidad de los países musulmanes. La novela de Muhsin narra un lapso de tiempo de diez años desde que Selim, el protagonista, un exiliado iraquí que trabaja como repartidor de periódicos en Madrid, huyó de la dictadura, la guerra y las estrictas tradiciones familiares y religiosas de su país. Su tranquila vida se ve alterada el día en el que de manera fortuita se encuentra con su padre, empleado en una empresa de petróleo en Irak y de quien no había tenido noticias durante años. Convertido en un irreconocible personaje, su inesperada presencia pone en duda todo lo que representaba para Selim su propio origen, los valores religiosos y morales inculcados por su padre en un Irak lejano pero siempre presente en su memoria. El encuentro entre padre e hijo supone para ambos una revelación, un nuevo conocimiento del otro, la posibilidad de descubrirse cara a cara fuera de las restricciones que les imponía su cultura. Este es el nudo narrativo del que es imposible escapar por evocación, nostalgia y memoria, por la belleza del lenguaje de Al-Ramli, que sabe imprimir a la modernidad narrativa, la exquisitez oriental, sin artificios y tópicos de una tradición literaria milenaria, que hunde sus raíces más allá de «Las mil y una noches», hacia las cuencas del Tigris y el Éufrates hoy salpicadas por la tragedia, donde un día nos dicen que estuvo el paraíso. A este respecto, en los días previos a la fatídica guerra, cuando no era sospechoso de ser un defensor de Sadam por cuya persecución tuvo que exiliarse, como el protagonista, decía el escritor: «A los iraquíes, en general, y a los intelectuales, en particular, nos entristece e indigna que hoy sólo se hable de Irak como si de una amenaza se tratara: se dice que es el "¡eje del mal!", que tiene armas de destrucción masiva, dictadura y un mar de petróleo. Apenas se menciona a Irak como el país de las mil y una noches y la primera cuna de las civilizaciones: Sumer, Akad,Nimrud, Uruk, Asiria, Nínive, Babilonia; Irak como Mesopotamia, donde hace cinco mil años nació la escritura y aparecieron el primer calendario, el primer código, la primera religión, la primera democracia, los primeros poemas épicos, como Gilgamesh. Sí, la poesía, en la que las mujeres iraquíes han tenido un papel esencial. Así, Angiduana (s. III AC) es reconocida como una de las primeras poetisas del mundo, y Nazik Al-Malaika, como iniciadora de la poesía árabe moderna. Por esta influencia innovadora de la mujer, nos entristece que la gente se imagine Irak resumido en el bigote cargado de machismo del dictador.» Todo este mundo de contraposiciones, de contrastes, de esperanzas y tragedias aparece reflejado en esta novela de sencilla complejidad, una delicia para hacernos sentir y reflexionar sobre un mundo en cambio en el que dos modelos antagónicos se enfrentan, y en el que deberemos encontrar formas pacíficas de cohabitarlos. Una novela que nos presenta, bellamente, posibilidades de convivencia y disfrute del otro por el conocimiento, la humanidad y la emoción, que es lo que nos acaba uniendo y salvando, siempre.