Los jardines del presidente
Es una historia de muerte, amor y amistad
por: Nagore Pérez
Podría decir que esta novela me ha
sacado de «mi zona de confort lectora» no solo por diferente sino porque impele
a la reflexión, me ha enseñado mucho sobre Irak, sobre sus gentes y costumbres
y además es bastante entretenida, dentro de la extrema dureza de sus páginas.
El libro es una sucesión de momentos
amargos y crudos y no es para menos teniendo en cuenta que recorre la historia
de Irak en sus últimos cincuenta años. Cincuenta años repletos de cruentas
guerras, empezando por la guerra con Irán, pasando por la guerra del golfo tras
la invasión de Kuwait, hasta la invasión de Irak por parte de una alianza de
naciones encabezada por Estados Unidos.
La historia se cuenta desde el prisma de tres
inseparables amigos de la infancia Tarek, Abdulá Kafka e Ibrahim, criados en un
entorno rural en el que viven felices hasta que se van sucediendo los
diferentes acontecimientos en sus vidas, intrínsecamente unidos a los
acontecimientos del propio país. Uno de ellos sufre las torturas de la
república islámica de Irán, otro será mutilado en la guerra de Kuwait… en
definitiva los protagonistas sufren en sus carnes los horrores de la guerra y
la sinrazón del régimen dictatorial de Sadam Husein.
La novela termina en 2006, tras el
derrocamiento de Sadam, y pareciera que al cerrar la última página se cerrara
la historia de horror de Irak. Sin embargo, nunca fue así, la calma y la paz no
consiguen posarse en Irak, menos ahora que ha aparecido en escena el Estado
Islámico y después de acabar con la vida de miles de civiles tiene
aterrorizados a los iraquíes (entre otros).
El autor Muhsin Al-Ramli @alramlimuhsin, merece una mención para aquellos que como en mi caso no lo
conozcáis. Se trata de uno de los más prestigiosos escritores de Irak, aunque
lleva años residiendo en Madrid. Nadie mejor que él, exiliado del país y
perseguido por el régimen puede apuntalar la historia que cuenta. Su hermano,
Hassan Mutlak (el conocido como Lorca Iraquí) fue ahorcado por el régimen de
Sadam en 1990.
Es una historia difícil, pero merece la pena leerla, no es solo una historia de muerte, es sobre todo una historia de amor y de amistad.