sábado, 20 de febrero de 2021

¡Dejad que Irak vea la luna!/ ALBERTO MRTEH

 ¡Dejad que Irak vea la luna!

 

Alberto Mrteh

“El poeta se ocupa del mal. Su papel consiste en ver la belleza que en él reside”
Jean Genet

En un país sin platanares, los habitantes del pueblo se despertaron con el hallazgo de nueve cajas para transportar plátanos. En cada una de ellas estaban depositados la cabeza de uno de sus hijos y el documento que lo identificaba…

Cuando Muhsin Al-Ramli se enteró de la muerte de sus familiares y vecinos de semejante forma, esperó encontrar los detalles de tal atrocidad en los periódicos que lee por internet desde su exilio madrileño. Pero esos muertos nunca aparecieron en la prensa. Al dolor de la pérdida se unió una rabia insoportable que le recordaba que lo no escrito es como si no existiera. Y así se vio empujado a escribir él mismo esta historia, que comienza con este arranque tenebroso y deslumbrante al tiempo. Muhsin Al-Ramli quería gritar y su alarido es Los jardines del presidente.

Esos cuerpos decapitados son el reflejo de un Irak desmembrado por las guerras, la tiranía, el embargo y la ocupación. Nos cuenta así Al-Ramli la Historia del país a través de las historias de seres humanos a los que acompañamos en sus sufrimientos. El individuo desaparece en el grupo ya que las situaciones anormales despiertan el lado salvaje del hombre. Se suceden entonces mártires, prisioneros y perdidos, pero también viudas y huérfanos, descubriéndonos además el impacto que la guerra genera lejos del campo de batalla.

Los jardines del presidente es sin embargo un libro de contrastes que trenza el horror con la belleza e incluso con el humor. Frente a la tragedia brilla como la luna llena un hermoso canto a la amistad y a la familia. Los tres amigos protagonistas, hijos de la grieta de la tierra, aprenden a valorar cualquier abrazo fraternal y, cuando todo se desmorona, la familia es lo que se mantiene y nos ayuda a permanecer en pie. En la búsqueda de la belleza dentro del propio mal, Al-Ramli descubre a Ibrahim, empeñado en dar sepultura digna a los asesinados por Su Excelencia y en tomar nota de quiénes eran (lo que no se escribe no existe) en un acto valiente, prácticamente heroico, realizado por un personaje que parecía derrotado por su suerte y su destino.

Hay en la novela un cervantino uso de los nombres, donde los apodos nos descubren la personalidad de los personajes y además sorprende con un rocambolesco juego de coincidencias y confusiones que permite salvar la vida de Ibrahim y dulcificar una muerte al confundir la luna con su querido Qamar, luna en árabe. Y, por encima de estos aliviadores milagros, está la firme voluntad de no nombrar a Su Excelencia para no contaminar la novela con su presencia. 

Dice Al-Ramli que la vanguardia de una cultura es la imaginación, pero que la literatura iraquí apenas está relatando sus propias vivencias. Sin embargo, nos permite vislumbrar algunos destellos del ingenio de los iraquíes, primero con los diferentes rumores sobre el paradero de Yalal y luego con las creativas predicciones de las pitonisas.

Ibrahim descabezado es Irak desmembrado, y la voluntad final de encontrar su cuerpo es la voluntad del pueblo por recomponer el país. Ibrahim es Irak e Ibrahim quedará en la memoria de la gente a la que conoció. Como buen discípulo de Sherezade y con la cómplice traducción de Nehad Bebars, el autor nos deja siempre con la miel en los labios para seguir escuchando el relato de sus seres queridos, muertos que no aparecieron en la prensa, pero que quedarán en nuestra memoria gracias a Los jardines del presidente.

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Autor: Muhsin Al-Ramli. Traductor: Nehad Bebars. Título: Los jardines del presidenteEditorial: Alianza. Venta: Todos tus librosAmazonFnac y Casa del Libro.

https://www.zendalibros.com/dejad-que-irak-vea-la-luna/

jueves, 11 de febrero de 2021

El arte como salvación/LAILA MUHARRAM

 

El arte como salvación

LAILA MUHARRAM

“A la ira hay que escucharla. Es una voz, un grito, un ruego, una exigencia. A la ira hay que respetarla. Porque la ira es un mapa. La ira nos dice que ya no nos podemos permitir nuestra antigua vida. Nos dice que la antigua vida se muere y que estamos renaciendo. (…) El arte abre los armarios, airea los sótanos y las buhardillas. El arte trae curación.”

Recordaba estas palabras de Julia Cameron, de su libro El camino del artista, mientras escuchaba a Muhsin Al-Ramli, iraquí exiliado en España desde 1995. Tuve la oportunidad de compartir espacio virtual con este escritor, poeta y traductor tan excepcional gracias al recién inaugurado Club de lectura Separata Árabe, creado por Silvia Rubio Taberné y Maribel González Martínez (podéis encontrarlo en Facebook, es gratuito previa aceptación de las fundadoras).

Cada 30 días, cuatro libros se proponen como potencial lectura a través de una encuesta en redes sociales. El que suma más puntos gana. Los jardines del presidente, uno de los libros más conocidos de Al-Ramli, salió elegido en diciembre y nos ha acompañado a todos los miembros del club durante las Navidades, el cambio de año, Filomena y la tercera ola.

Hacía muchísimo que no me enganchaba tanto a un libro. Y aunque todo lo que se cuenta es oscuro y desgarrador, echaba de menos adentrarme en profundidad en el universo creativo de un buen escritor de Oriente Próximo. Al-Ramli supera todas las expectativas. Lo mejor del club, sin duda, fue compartir reflexiones con el propio autor, que ha participado en los encuentros digitales que se celebran todos los viernes a las 19:00 (excepto el tercer viernes, que sale la encuesta para la siguiente lectura).

Cuando le preguntaron por qué cuenta el final del protagonista desde la primera página (encuentran su cabeza en una caja de bananas), Muhsen lo tiene claro: “Eso mismo les ocurrió a unos parientes en Irak. Me rebelé ante la idea de que semejante barbarie no saliera en las noticias, ni siquiera en la prensa local. Por eso, lo primero que escribí de la novela fue ese párrafo, contando el final al principio. Sabía que era arriesgado, pero me dejé llevar por la ira de ese momento”.

Ése era un recurso muy habitual de Gabriel García Márquez, un referente para Al-Ramli. “Cuando leí Cien años de soledad decidí que aprendería español solo para poder leer ese libro en su idioma original”. Licenciado en Filología Española por la Universidad de Bagdad en 1989, también es doctor en Filología Española por la Universidad Autónoma de Madrid desde el 2003.

Es además hermano del escritor Hassan Mutlak. Considerado por algunos intelectuales como el “Lorca iraquí”, fue ahorcado por el régimen de Sadam en 1990 por haber participado en un intento de golpe de estado.

Teniendo en cuenta su biografía, cuando se le pregunta qué estímulo le impulsa a seguir escribiendo a pesar de la tragedia, responde rápido: “El mejor acompañante del ser humano es la cultura, es el arte. Estoy convencido de que, si enseñáramos más arte, no habría tantas guerras en el mundo. A través del arte, compartimos el peso del dolor. Sin duda, a mí la literatura me ha salvado”.

Que las palabras de Muhsin os acompañen en estos tiempos tan difíciles que nos toca vivir.

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*Publicado en el Periódico Distrito Villaverde, número 292, febrero 2021

https://www.distritovillaverde.com/el-arte-como-salvacion/

https://www.distritovillaverde.com/wp-content/uploads/2021/01/292.febrero.21-1.pdf

lectura dedicada a Los jardines del presidente de Muhsin Al-Ramli /Separata Árabe

 

Lectura dedicada a 

Los jardines del presidente de Muhsin Al-Ramli

Separata Árabe

https://leerelmundoarabe.home.blog/2020/11/30/y-la-primera-lectura-para-el-club-de-lectura-es/


https://leerelmundoarabe.home.blog/2020/12/21/calendario-de-lectura-para-los-jardines-del-presidente-de-mushin-al-ramli/


https://leerelmundoarabe.home.blog/2021/01/13/resumen-primera-semana-y-sesion-sobre-los-jardines-del-presidente-de-muhsin-al-ramli/

https://leerelmundoarabe.home.blog/2021/01/26/resumen-segunda-semana-de-club-de-lectura-con-mus/